Una de los peores defectos de los pueblos sin un nivel de conciencia de los valores históricos de sus conciudadanos, es el olvido de aquellos que una vez dieron fama, gloria, renombre y notoriedad por hechos y acciones de gran trascendencias en el momento de producirse y prevalecen a través del tiempo para la posteridad y más notorio es, cuando estos acontecimientos tienen carácter universal.
En este artículo hacemos recordación a un vegano, quien traspaso los linderos de su comarca proyectándose camino hacia el mundo, caminando por los caminos de la universalidad en un campo de trascendencia y renovación como lo es la aviación.
Nos referimos al ingeniero Zoilo Hermógenes García (Mogito), nacido el 21 de diciembre del 1881, es esta ciudad de La Vega, hijo de Zoilo García Peña, realizo sus primeros estudios en esta ciudad, los secundarios en el Colegio San Luis Gonzaga, en Santo Domingo, y los Universitarios, en el Instituto del Norte de la ciudad de París – Francia, donde se graduó de Ingeniero, el 2 de diciembre del 1906, a los 25 años de edad, teniendo dominio de los idiomas inglés y francés.
De regreso a su país en 1908, contrae matrimonio con la Srta. Luisa Teresa Fernández Pérez, de cuya unión nacen 4 hijos: Zoilo Hemógenes, Hena de La Concepción, Triana Mercedes y Tirso de Jesús García Fernández.
Su dura que lo consagra como unos de los pioneros de la aviación en el mundo fue sin lugar a dudas de la invención de un nuevo estilo de poliplano. Diferente al existente en esa época, el mismo estaba dotado de ruedas mientras que el de los hermanos Wright tenia unos rústicos patines, además en el modelo de Zoilo Hemógenes García, el piloto iba sentado en una carlinga detrás del motor, contrario al de los norteamericanos que iba acostado en una posición muy incomoda y poco funcional.
Otro detalle importante en el modelo del vegano, era que estaba dotado de una sola hélice acoplada al eje del cigüeñal del motor contraria a la de los Hnos. Wright, que con dos hélices al motor estas gran movidas con cadenas motivando el interés de empresarios norteamericano para que él se vendiera su invento, propuesta que no fue aceptada. él porque del ostracismo histórico.
Más sin embargo un representante de una empresa constructora de aeroplanos norteamericana, el Ing. C. R. Witteman, avalo el poliplano del Ing. García, confirmada por carta que enviara el aviador al periódico Listín Diario del 10 de noviembre del 1911, donde dice “notable que un hombre que nunca vio un aeroplano en la república dominicana, pudiera inventar un aparato con sus propias ideas, con cálculos matemáticos especiales”.
Un hecho, fortuito ó casual nunca se sabrá, sumió en una gran depresión lo cual motivo que disminuyera significativamente su espíritu investigativo y creativo lo fue el 12 de diciembre del 1912, en la feria eroronautica de long island New York, E. U. A., el hangar donde estaba el poliplano del Ing. Vegano en representación de la nación dominicana se quemo, destruyendo por completo el novedoso invento del quisquellano, este nefasto acontecimiento dio por terminado parte de su ilusión.
Mas sin embargo sobreponiéndose a esta catástrofe el 14 de enero del 1912, el Ing. García, crea la primera pista de aterrizaje de avión de la república dominicana y de Latinoamérica la pista de vuelo y entrenamiento estuvo en la comunidad rural de pontón de la ciudad de La Vega, administrada por una junta directiva conformada por: agustín Fernández, presidente, francisco Grullón veloz, 1er vice pte, Carlos María Sánchez, secretario, Casimiro Marte Rodríguez, 2do secretario, Gabriel g. Grullón tesorero.
Además de piloto e inventar el ing. Zoilo Hermógenes garcía, realizo otros logros para La Vega y el país, construyo el teatro la progresista, como una replica del edificio de la “Opera Chica de París además El Tramo Ferroviario de Las Cabuyas”.
Así el 11 de diciembre del 1916, en el pueblo que lo vio nacer, se apagaron las luces de su vida, en un completo anonimato olvidado de su pueblo y país.
El Ing. Zoilo Hermógenes García, forma parte importante de esa legión de hombres y mujeres el cielo gris del anonimato precio que tienen que pagar las personas de gran valía que no se han dejado corromper y prefieren ser ignorados por sus conciudadanos, permanecer en el olvido de los ignorantes siendo un reclamo muy merecido que su nombre le sea puesto a unos de los aeropuertos del Cibao.
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