martes, 22 de marzo de 2011

Japón / crisis nuclear: temen contaminación de alimentos

Al drama generado por el terremoto, el tsunami y la crisis en la planta de Fukushima se suma ahora un nuevo problema: la presencia de partículas nucleares en algunos productos


Tras el terremoto y el tsunami de hace diez días y la subsecuente crisis nuclear, ahora se suma un nuevo problema al : la contaminación de alimentos con partículas nucleares.
El gobierno de ese país ordenó detener el envío de alimentos de cuatro prefecturas que rodean a la planta nuclear de Fukushima, a 240 kilómetros l norte de Tokio, después de que se encontraran rastros de partículas radiactivas en vegetales y agua del grifo.
Esta suspensión se aplica a espinacas y otras hortalizas de hoja verde, pero también a la leche producida en la prefectura de Fukushima.
Se informó que, además de las espinacas, la contaminación se ha propagado a otros vegetales, como colza y crisantemo, y también se han encontrado rastros de yodo y cesio radiactivo en el agua de Tokio.
Sin embargo, tal como le dijo a la BBC Noriyuki Shikata, portavoz del gobierno japonés, los niveles encontrados hasta ahora suponen un riesgo muy pequeño a la salud humana.
"El pueblo japonés es extremadamente sensible a la seguridad alimentaria", afirmó el funcionario.
"Y estamos llevando a cabo un monitoreo exhaustivo del estado de los alimentos. También hemos tomado medidas para limitar el consumo y el envío de algunos productos", añadió.
En la cadena alimenticia
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), hay varios compuestos radiactivos que son particularmente preocupantes para la seguridad alimentaria, principalmente los isótopos de estronio (estronio 90), de yodo (yodo 131) y de cesio (cesio 137).
Tal como el explicó a BBC Mundo Carlos Bravo, responsable de la campaña antinuclear de la organización ambientalista Greenpeace, todos los gases que están saliendo de la central nuclear de Fukushima llevan elementos radiactivos que son gaseosos y que, al mezclarse con otros gases en el aire, pueden ser inhalados tanto por el ser humano como por los animales.
Pero la contaminación radiactiva no sólo ocurre por la vía aérea y por inhalación.
"El agua puede quedar contaminada con elementos radiactivos que se disuelven en ésta, y la ingestión de este líquido contaminado, como el que ya se detectó en Tokio (de yodo 131 radiactivo), es otra vía de incorporación de los elementos radiactivos en el cuerpo".
"Y una tercera forma de contaminación es la ingestión de los alimentos contaminados", añadió.
Los gases contaminados que se liberan en el ambiente llevan partículas sólidas microscópicas.
Éstas caen al suelo por su propio peso o pueden ser arrastradas por la lluvia para incorporarse en la superficie y ser absorbidas por las raíces de las plantas.
O también es posible que caigan en la superficie de las hojas de las plantas. Por eso, los vegetales de hoja verde son los más expuestos al contacto directo con el aire contaminado.
Y como esas plantas luego pueden ser ingeridas por animales como las vacas, es probable que la carne y la leche también estén en riesgo de contaminación.
Cuándo es peligroso
Aunque el gobierno japonés afirma que los niveles de contaminación radiactiva detectados en el agua no representan un riesgo para la salud humana, sí reconoce que la cantidad encontrada en las espinacas y la leche producida cerca de Fukushima supera los estándares de seguridad establecidos.
Tal como señalan los expertos, es difícil saber hoy cuál podrá ser el riesgo a largo plazo de esta contaminación radiactiva.
Según la OMS, el consumo de alimentos o agua con radiación puede incrementar el riesgo de determinados tipos de cáncer.
Detector de radiación
"Detector de radiación"
"Aunque el yodo radiactivo tiene una vida media de unos ocho días y se desintegra de forma natural en unas semanas, sí hay un riesgo a corto plazo para la salud humana si el yodo radiactivo se incorpora en el organismo humano", dijo la organización.
"Si se ingiere, el compuesto puede acumularse y causar lesiones en la tiroides".
Por otra parte, el cesio radiactivo tiene una vida media de 30 años.
Según Carlos Bravo, "las dosis encontradas en Japón no son terriblemente altas para que puedan llevar a producir el síndrome de irradiación aguda, que lleva directamente a la muerte".
"Pero los efectos de lo que ocurre hoy se van a empezar a ver a medio y largo plazo. Por lo tanto, decir que no ha habido efectos inmediatos a la salud no es falso, pero es una manera de engañar".
"Porque no podemos saber hoy cuál será el impacto en la población afectada por la inhalación de material radiactivo, la ingestión de alimentos contaminados o la bebida de agua con rastros de material radiactivo", agregó el experto.
Antecedentes
Los estudios han demostrado, por ejemplo, que las tasas de incidencia de varios tipos de cáncer, principalmente el de tiroides, entre la gente que vivía cerca de Chernobyl se han incrementado drásticamente en los últimos años, a pesar de que el accidente de esa planta nuclear ocurrió hace 25 años.
"Ahora esa tasa de incidencia de enfermedades, como cáncer o de los sistemas nervioso e inmune, se va a hacer notar poco a poco en Japón. Por eso, será necesario llevar a cabo estudios epidemiológicos para vigilar de cerca cómo cambian esas tasas de incidencia", afirmó Carlos Bravo.
Según la OMS, los alimentos contaminados no pueden ser descontaminados. Si se detectan niveles que podrían ser perjudicales para la salud humana, la mejor forma de evitar la contaminación es desecharlos de forma segura.
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