El niño Jamar Johnson de cinco años, pagó con su vida el romper la televisión familiar según se supo ayer en la corte de El Bronx durante la instrucción de cargos contra su madre Kim Crawford, 21.
Crawford se encontraba en libertad condicional por previos arrestos, que no fueron especificados en la corte. De las diversas confesiones que la acusada hizo a la policía durante la investigación e interrogatorio y leídas en la corte por la fiscalía, Crawford descubrió que Jamar había roto la televisión el lunes 13 y le golpeó varias veces. "Le pegué en el estómago más fuerte de lo que nunca le había pegado". Fue probablemente esto lo que causó su rotura de intestinos, páncreas y la infección posterior. "Hablé con él sobre lo que había hecho, lo entendió y me dijo que lo lamentaba, pidiéndome perdón", declaró Crawford.
El martes no llevó el niño a la escuela porque, según confesó, no quería que allí le vieran las marcas. El miércoles su padre se ocupó de él y el jueves en la tarde el niño empezó a vomitar todo lo que comía. "Le di ginger y jugos, se pasó todo el día en la cama viendo la televisión". El viernes cuando Crawford intentó despertarle este no respondió.
C.M. Abate abogada encargada de la defensa de Crawford argumentó que la fiscalía no tenía base para la acusación y que lo que le sucedió al niño o bien fue sin intención o porque se cayó accidentalmente [en el parque el martes]. Para abate las declaraciones de Crawford fueron forzadas por la policía durante los dos días que duraron sus interrogatorios y el no llevar al niño al hospital no supone una imprudencia temeraria: "el que un niño vomite puede ser un virus (estomacal)". Asimismo argumentó que si el niño hubiera tenido rotura de intestinos desde el lunes el miércoles, cuando le cuidó su padre, hubiera tenido tal dolor que se hubiera quejado.
--El Diario NY
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