SANTIAGO, República Dominicana.- Un puente ha sido el refugio por más de tres décadas de al menos 100 familias que aseguran se encuentran en el lugar porque no tienen adonde ir, sus quejas retumban tras la gran contaminación existente.
Mariana Jiménez, quien lleva más de 15 años bajo intenso sufrimiento debajo de este puente, dice no quiere esperar que la muerte le sorprenda en ese lugar.
Pero no solo Mariana, se encuentra desesperada por encontrar otro hábitat que por lo menos sea apto para los seres humanos, sino otros residentes como Nicolás y Rosa Peralta, quienes tienen casi 30 años residiendo en la zona.
Ante la extrema pobreza que se registra en el lugar, conocido como el Hoyo de Julia, también se suma una queja común.
Algunos dan a conocer su inconformidad por las condiciones en la que viven, otros trabajan a todo vapor en el mejoramiento de su humilde hoga
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