"Wellington Menezes de Oliveira"
El pistolero brasileño que mató a doce niños en la que había sido su escuela en Rio de Janeiro la semana pasada actuó motivado por el acoso escolar, según muestran las cartas que dejó.
La policía hizo públicos no sólo los escritos dejados por Wellington Menezes de Oliveira sino también varios videos y fotografías.
En ellos elogia al estudiante estadounidense que mató a 32 personas en 2007, al que incluso se refiere como "hermano".
"Espero que esto sirva de lección, especialmente para esos funcionarios escolares que permanecieron con los brazos cruzados mientras los estudiantes son atacados, humillados y ridiculizados", dice Oliveira en uno de los vídeos.
"Quero dejar muy claro que no soy responsable de las muertes que ocurrirán, incluso aunque mis dedos estén en el gatillo", añadió, al tiempo que culpaba de los asesinatos a los autores del acoso en las escuelas.
Los erráticos mensajes también mencionan a dios y la Biblia.
La masacre de la escuela de Rio de Janeiro fue la primera de este tipo en Brasil.
Sufrimiento
Las fotos lo muestran posando con las dos pistolas que usó para atacar la escuela Tasso da Silveira, en Realengo, un barrio pobre de Rio de Janeiro.
Oliveira disparó contra los alumnos en la cabeza y a muy poca distancia. Luego se apuntó con el arma y se disparó, pero solo después de que ya había sido alcanzado por los disparos de la policía.
El alcalde de Rio de Janeiro, Eduardo Paes, dijo que la ciudad compensará a las familias de los muertos.
"Estas familias han pasado por un sufrimiento indescriptible. La pérdida es irreparable, pero alguna forma de compensación será estudiada", dijo.
El alcalde no dio detalles de en qué consistirá tal compensación.
La violencia no es algo que sea ajeno a la ciudad de Rio de Janeiro ni a Brasil, donde son frecuentes los tiroteos entre delincuentes y policías. Pero el ataque a la escuela supuso un golpe muy fuerte para el país.
El suceso abrió el debate al control de armas. Algunos legisladores anunciaron que impulsarán un nuevo referéndum para prohibirlas.
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